lunes, diciembre 19, 2011

Apoyemos a los budistas húngaros






Por favor, haz lo posible para apoyar a los budistas gitanos en Hungría. Su gobierno de extrema derecha ha redactado una nueva Constitución de Hungría que le da al cristianismo un estatus único. Sobre esa base se ha introducido una nueva ley que redefine lo que es una congregación religiosa y los beneficios que van con ella.

El resultado inmediato de esta nueva ley es que todas las organizaciones budistas, (de hecho, todas las organizaciones religiosas no-cristianas) entre ellas el 'Jai Bhim Network', perderán su condición de congregaciones religiosas el 1 de enero de 2012. 'Jai Bhim' es una organización de gitanos budistas en Hungría, afiliada a la Comunidad Budista Triratna y miembro de la Unión Budista Europea.


Si otros budistas (y no-budistas) mostramos un fuerte apoyo, puede que logremos ayudarles. Echa un vistazo a su página web http://www.refuge.hu/ para ver como. Está en inglés, pero firmar la petición es bastante sencillo.

No buscan dinero, sino piden que escribamos al Gobierno húngaro o que firmemos su petición.

Gracias


PD Jai Bhim perderá su condición de congregación religiosa. Esto es especialmente grave para ellos. Se sienten inspirados por el gran budista de la India, el Dr. BR Ambedkar, que llevó a millones de los antiguos "intocables" al budismo en 1956. Parte integral de su práctica budista es el trabajo social activa a favor de las comunidades gitanas en Hungría y los países vecinos de Europa Central. Están especialmente comprometidos con la labor educativa, ya que la mayoría de los jóvenes gitanos están excluidos del sistema de enseñanza secundaria. Muchos de ellos han sido declarados "educativamente subnormales". 

Actualmente tienen cerca de mil estudiantes en seis escuelas. Los beneficios económicos, en términos de reducción de impuestos que reciben como congregación religiosa, les son cruciales para la supervivencia de su labor educativa. El próximo año, los ingresos para que funcionen sus escuelas se reducirán a la mitad a causa de esta ley, por lo que va a ser muy difícil que siguen proporcionando educación a estos jóvenes que ya están bastante marginados. 

El hecho de que su organización está dirigido y por gitanos que son budistas, hace aún más probable que el gobierno ignore su caso. Por eso es tan importante que alcemos la voz.

jueves, diciembre 15, 2011

Charlie Chaplin y la revolución pacífica





Os dejo este video de YouTube al cual he añadido los subtítulos. Se trata del monólogo que hace Charlie Chaplin a final de su película 'El Gran Dictador'. He usado la traducción del doblaje de la película, con uno o dos cambios. No es una traducción muy fiel, pero bueno…

Hablando del video, Christopher Titmus dice: "Conlleva el mensaje del valor de la trascendencia, en la cual se encuentra nuestra humanidad verdadera. La inspiración auténtica conduce de forma natural a la acción, y a dar forma a nuestras vidas y a su dirección".

En cierto sentido es un video como muchos otros en YouTube. Sin embargo, lo que le añade valor es el monólogo de Charlie Chaplin y las imágenes, las cuales le trae a la actualidad. Lo comparto aquí para animarnos a luchar: contra la avidez, el odio y la intolerancia. No por el uso del poder y la violencia, sino a través el amor.

Como dice el Buda en el primer verso del Dhammapada: "El odio nunca se extingue por el odio en este mundo; solamente se apaga a través del amor. Tal es una antigua ley eterna."



miércoles, diciembre 14, 2011

Nombres budistas (ordenaciones en México)






En noviembre estuve en México para asistir a un retiro con los hombres que han pedido la ordenación en la Orden Budista Triratna, y para ordenar a tres buenos amigos. 

Durante el retiro cada uno se ordenó en una ceremonia privada y luego el día 27 celebramos las ordenaciones públicas.

Parte importante de la ordenación es el nuevo nombre. En gran medida, nuestros nombres sostienen quién somos y lo que hemos sido. Se nos dan al nacer, y con nuestros nombres vivimos y actuamos. Nuestra historia personal impregna nuestros nombres con un sentido de 'yo'.

La ordenación budista marca un hito. Dejamos atrás los viejos patrones y abrazamos una nueva manera de vivir, una nueva actitud frente la vida. Por lo tanto es muy significativo el rito de ‘mudar’ de nombre. Recibimos un nombre nuevo, un nombre que pone de manifiesto nuestras aspiraciones espirituales. El preceptor nos otorga un nombre como practicante del Buda-dharma.

La característica más importante del nuevo nombre es que es un nombre en el Dharma. Es un nombre que nos vincula con la tradición budista, con el Dharma y con esa búsqueda misteriosa que hemos iniciado. Recibimos un nombre que evoca aquello que nos es más importante. Y se nos da como hombre o como mujer adulto, no como niño. Es un nombre que habla, de la vida y la muerte, y del misterio de la existencia. Es un nombre que no es un simple título, o una denominación, sino un camino por descubrir. Es un nombre para ser recordado y para que nos acordemos, de nuestras aspiraciones y de nuestro compromiso con los ideales, los principios, y las enseñanzas y prácticas budistas.

Los nombres budistas que usamos en la Orden Triratna provienen del Pali o del Sánscrito. Aquí están los nombres de los nuevos Dharmacharis en México.



José Luis Reveles Barrientos se convirtió en Nagabandhu, que significa 'El que es un amigo o hermano de los nagas'. 'Bandhu' significa amigo, hermano o pariente. Implica conexión. Ser un verdadero amigo es una práctica, un acto sumamente creativo, y en la vida espiritual puede ser pensado en términos de mantener y profundizar nuestra conexión con el Buda, Dharma y Sangha, y con todos los seres. Los nagas son fuerzas arquetípicas de inspiración y sabiduría que toman forma de serpientes o dragones. Son figuras sumamente positivas en el budismo. Asimismo, son protectores, y sobre todo protectores de la enseñanza del Buda. De esta manera, sirven al Buda. También está el ejemplo de Muchilinda, el rey de los nagas, que protegió al Buda de las lluvias durante las semanas después de su Despertar. Luego se transformó en un príncipe o héroe que se inclinó en devoción ante el Buda. Nagabandhu también podría ser considerado como "un amigo o un hermano que es como un naga".



Miguel Ángel Cobos Orozco se convirtió en Manjubodhi, que significa 'Dulce, bello, hermoso Despertar'. 'Bodhi' es el Despertar o la Iluminación. Es la meta de una vida budista. Es un misterio, aunque puede ser evocado. Bodhi es la Conciencia, "conciencia pura, clara, incluso radiante", como dice Bhante. Es el Amor, "un estado de amor y compasión intensos, profundos, desbordantes". Es la Energía Espiritual inagotable, "una energía tremenda, absoluta espontaneidad, que brota continuamente". También quería hacer hincapié en una calidad de Manjubodhi que es difícil de definir. Al final decidí por la palabra "Manju", que expresa algo suave o dulce, algo bello y encantador, incluso hermoso. Esta calidad cuando se dirige hacia el logro del Despertar se convierte en Manjubodhi.




Roberto Martínez Alonso se convirtió en Maitriketu (pronunciado keitu), que significa "El que es un rayo o un cometa de amistad y bondad". Expresa vivacidad, dinamismo, algo que brilla y que es luminoso. Maitriketu tiene este tipo de energía y presencia. "Ketu" puede significar rayo de luz, brillante, antorcha, llama, cometa o lámpara. Sin embargo, un rayo o un cometa ¿de qué? De Maitri. Maitri implica ir más allá de nuestro "ego" o la actitud que se manifiesta como una creencia en un 'yo' fijo, independiente y de suma importancia. Implica la apertura a algo más grande, que podemos llamar el Bodhicitta. Así que ser un rayo o un cometa de Maitri significa recorrer el camino del Bodhisattva, implica apertura y receptividad a los Budas y Bodhisattvas, y a las necesidades de los demás. Significa actuar no sólo para uno mismo, sino por el bien de todos los seres.

Que sus ordenaciones sirven para que logren el Despertar, por el beneficio de todos los seres.


sábado, octubre 29, 2011

La muerte


En los países de tradición católica, se celebra el 1 de noviembre el día de Todos Los Santos. Es una tradición católica en honor de todos los santos, supuestamente creada para compensar cualquier falta a la celebración de las fiestas de los santos durante el año.

En España además se realiza una visita a los cementerios donde yacen los seres queridos fallecidos.

En México se festeja el día de los muertos, entre el 1 y el 2 de noviembre. Se hacen ofrendas en las tumbas para dar a los muertos comida y bebidas, además de flores y otras cosas que les gusten.

Todo eso tiene sus raíces en una festividad pagana para marcar el final de la cosecha, el Samhain celta. Marcaba el año nuevo y una época en la cual el velo entre nuestro mundo y el mundo de los muertos se hacía más fino. Era más fácil contactar con los muertos, y ellos con nosotros. Marcaba el vinculo necesario e indestructible entre la vida y la muerte, entre los vivos y los muertos.

Esta fiesta pagana se ve reflejada hoy en día en los festivos católicos y en el halloween.

Y me parece sumamente saludable que por lo menos un día al año marquemos la muerte en sí, este hecho universal que durante los otros 364 días del año relegamos al rincón de nuestra conciencia colectiva y muy probablemente a nuestra conciencia individual.

Todos morimos. Y este hecho nos abre la posibilidad de hacer algo con la vida.

En el budismo se marca la muerte del Buda, su paranirvana o nirvana supremo. Es una festividad importante, en la cual también se reflexiona acerca de la muerte, nuestra muerte, y recordamos a nuestros familiares, amigos y conocidos fallecidos. Y es una festividad, no un día triste. Más bien sobrio.

Se celebra en febrero, pero me parece que no estaría mal vincularlo también con el día de los muertos aquí en occidente.

El año pasado di una conferencia en México en el día del paranirvana del Buda, en la cual exploro qué enseñó el Buda durante los últimos meses de su vida, sabiendo que iba a morir. Y exploro el hecho de nuestra muerte y el efecto positivo que puede tener tomar conciencia plena de ella.




Conferencia para marcar el paranirvana del Buda, en el centro budista Triratna de México 2010, por Moksananda


viernes, julio 15, 2011

El Despierto



Me ha dejado este poema mi amigo Humberto Acevedo, uno de los fundadores de La Tushita, movimiento de artistas budistas en México. 
Muy agradecido estoy para que me deje publicarlo.
Como él mismo suele decir, que la generosa vida este siempre de tu lado.



EL DESPIERTO



El despierto sabe de floridos campos y frondosos aromas,

es criatura sin creencia,

y cuando se amarra las agujetas de los zapatos

es aquí en el supremo ahora,

Y cuando regresa a casa

está ahí en el mundo de la vacuidad:

un mirarse así mismo, sin saber que se es,

donde nada tiene sitio, y alguien puede estar muriendo.



El despierto bebe sutilmente el jugo de la mansa naranja,

y poéticamente dirá que algo se cayó en el misterio del porvenir,

descansa en un silencio de pájaros

como lo hace el mar en la línea ilusoria del horizonte.

medita en la impermanencia

como la espuma habita el movimiento de las olas.



El despierto respira el abismo abierto de la memoria,

tiene un sendero y la preciosa existencia

para arreglar una bicicleta,

para disertar sobre las cuatro nobles verdades,

para mirar un amarillo vagabundo

tendido en el hermoso miércoles de oficina,

para sentir el corazón más joven que uno,

para mendincar un fin de semana contigo,

para escuchar una canción

floreciendo en la imaginación que no fracasa,

para estremecerse con la inocencia

de ese quiero ser tuyo ensuciado,

para aprender a perder el tiempo y ganarle a la muerte,

para leer un libro de Foucault

y apreciar el entendimiento limitado,

para mirar la lluvia en el paisaje ciego y sin Dios,

para subir en un ascensor

y estar cercanamente junto a otros imaginando mantras,

para mirar la belleza de una muchacha

como el silencio de un poema,

para reverenciar el Dharma:

esa palabra que envuelve de otro modo las cosas.

El despierto es un Buda.


Humberto Acevedo 

viernes, junio 10, 2011

El mantra del Buda Shakyamuni



Los mantras son sonidos que, igual que una imagen, evocan las cualidades de la Mente Iluminada. Son símbolos sonoros.

El sonido mantrico no es algo únicamente externo que se pronuncia con la voz, sino que es interno también. De hecho el sonido del mantra no es lo más importante. "El mantra es, esencialmente, un sonido interior, una vibración interior, incluso un sentimiento" escribe Sangharákshita en su libro 'Símbolos creativos en el Budismo Tántrico'.

"Esto no quiere decir que no sea importante el sonido físico externo en el sentido ordinario; no quiere decir que no deben repetirse los mantras en voz alta. Sin embargo, la repetición del mantra es tan sólo un medio o un catalizador para la experiencia de la repetición sutil, es decir, para el sentimiento que se incita".

El mantra de Shakyamuni es el símbolo sonoro del Buda histórico. Evoco el ideal del despertar, Bodhi, y a traves de la imaginación suele ser tanto una fuente como una expresión de devoción. El objetivo del mantra es "conectar con las fuerzas espirituales latentes en las profundidades de la mente, aquellas fuerzas que constituyen los diferentes aspectos esenciales de la mente iluminada".

El mantra de Shakyamanui que se oye aquí está cantado por Mahasukha, miembro de la Orden Budista Triratna, y está basada en una composición de Jan Garbarek, un saxofonista noruego.

Oṃ muni muni mahāmuni śākyamuni svāhā

jueves, mayo 19, 2011

¿Budismo y política?

La pólitica no tiene que ver con ser de este partido o del otro. En su sentido más puro es el proceso orientado hacia la toma de decisiones para el beneficio de la sociedad. Es decir, para los individuos en su aspecto colectivo.

En medio de la campaña electoral en España (elecciones municipales y de las regiones autónomas) ha surgido un movimiento de personas de todas las edades y de una variedad de tendencias ideológicas que está pidiendo un cambio. Está formado por personas que se percatan de la profunda crisis de valores en la cual está hundido gran parte del mundo 'occidental' y que se hartan de las manipulaciones, mentiras y media-verdades de los partidos políticos y de los medios de comunicación.

Me ha llegado un video de unos 10 minutos en el cual José Luis Sampedro (escritor y economista español que aboga por una política y una economía "más humana, más solidaria, capaz de contribuir a desarrollar la dignidad de los pueblos") habla de la necesidad de cambio. Más bien habla de que el cambio es inevitable, ya que todo cambia. Es cuestión de si queremos dirigir este cambio hacía una mejor sociedad o no.

La sociedad influye enormemente en el individuo. El budismo tiene como foco el desarrollo espiritual del individuo, pero no por eso deberiamos olvidar que el individuo depende de sus condiciones, de su contexto, para poder realizarse. Una dinámica política y una economía carente de valores éticos son dañinas a todas las personas que dependemos de ellas. Vivir una vida 'espiritual' es también ayudar a crear condiciones que nutren y apoyan al individuo en sus esfuerzos para realizarse como ser humano y ser 'espiritual'.

El video me ha parecido muy digno de ver y nos invita a tomar conciencia de un aspecto importante de nuestra realidad.

martes, mayo 03, 2011

El arte como fuente y vehículo de cambio



Durante las vacaciones de Pascua aquí en Valencia (España) celebramos un retiro en el cual, aparte de la meditación y los rituales, exploramos la posibilidad de la creación de una nueva sociedad basada en nuevos valores.


Entre los distintas temas y varias actividades dedicamos un día a la exploración del arte y de la cultura, su lugar en la vida espiritual y en una sociedad que apoyaría el crecimiento y desarrollo espiritual del individuo.


Virginia Gonazález, una amiga y mitra de la Comunidad Budista Triratna, compartió en una charla sus reflexiones acerca del proceso artístico y en especial el proceso de crear una nueva rupa, o figura del Buda, para la sala principal del Centro Budista que Triratna tenemos en Valencia, España.


Me resultó muy interesante su aportación y le pedí mandármela para ponerla aquí. Espero que también resulte interesante a otras personas. Y no sólo a los que se dediquen al arte. Como ella misma escribe, el arte es un vehículo muy potente para el que lo practica, y todos, absolutamente todos tenemos potencial creativo.



Hola a todos.

Para los que todavía no me conozcáis, me llamo Virginia y soy mitra de la Comunidad Budista Triratna desde hace muy poco, sólo desde noviembre. Bueno, lo primero que quiero pediros es un poquito de paciencia y comprensión porque esta es la primera vez que doy una charla y no estoy muy segura de saber exponer mis ideas con claridad. De hecho llevo varias semanas en las que me surgen ideas sueltas sobre el tema de este encuentro, todo ello, desde luego, partiendo de la base de mi propia experiencia artística y de mi experiencia como budista. Así que mientras conduzco, friego, me limpio los dientes... ay, también mientras medito, se me han ido apareciendo argumentos sueltos en los que creo, aunque, claro está, sin mucha hilazón lógica. Porque ¿cuál es el tema por el que Amalamati, el director del Centro Budista de Valencia de Triratna, me pidió que hablase con vosotros esta tarde y por qué a mí? Bien, según tengo entendido hasta ahora el tema de hoy es el papel del arte en una nueva sociedad. Yo supongo que Amalamati me lo pidió porque sabe que llevo unos 20 años dedicándome a la escultura.

Ante todo quiero deciros que nunca me han gustado mucho las declaraciones que los propios artistas tienen de sus obras cuando las comentan y analizan. Siempre me ha parecido que me limitaban la visión que yo como espectadora podía tener de su obra. Pero en esta ocasión podéis estar tranquilos, porque no he venido a hablaros de “mi” obra. Y supongo que fundamentalmente porque no tengo casi obra. Sí, llevo más de 20 años dedicándome a la escultura, pero profesionalmente, para ganarme el sustento nada más. Quiero decir que no tengo obra íntima o personal.

Sin embargo, pensaba, pero ¿por qué Amalamati ha confiado en mí para hablaros del arte en la nueva sociedad? ¿Qué puedo rescatar de mi experiencia artística para vosotros? ¿Cómo ha cambiado mi visión del arte después de tanto tiempo dedicada a hacer escultura sin que figure mi nombre, siempre por encargo bajo premisas comerciales muy fuertes?, ¿cuáles son mis ideales y cómo los llevo a la práctica en mi quehacer diario? Estas preguntas me han enfrentado a muchos años en los que no había dejado espacio a ningún ideal, a ninguna premisa teórica, ninguna orientación que diera sentido a mi trabajo. Supongo que al repasar mis años de facultad, estas preguntas en mi cabeza…, ay, me han venido a la mente viejas reivindicaciones y teorías que imprimían a lo que yo hacía energía, vigor y, en suma, importancia (al menos eran importantes para mí) a mi obra. Pero en mi experiencia, y, por favor, tomad todo lo que os estoy diciendo hoy aquí sólo en relación a mi experiencia, sin mayores pretensiones. Como decía, en mi experiencia perdí la confianza en las teorías, los ideales, perdí la fe en mi “yo de artista” y también mi conexión más íntima con una obra. Y, salvo por esto último, quiero decir que este paso fue consciente y voluntario y que aún a día de hoy estoy muy contenta de haberlo dado. Supongo que puede sonar algo extraño…

Bueno, salí de Bellas Artes sin creencias artísticas ya, después de tanto postmodernismo y post-post lo que siguió. Salí corriendo con los ojos bien abiertos, asombrada de tanto ego de artista. Salí corriendo de mí misma…Pero al fin, ¿a qué me iba a dedicar? Pues salí corriendo… para recuperar un oficio. Sí, sólo tiempo después veo que éste es el gran beneficio de mi experiencia profesional. Y es ahora, si me permitís, cuando me gustaría echarle imaginación y retomar el espíritu de juventud para hacer una reivindicación. Quiero recuperar la importancia del arte como artesanía. Por supuesto no pretendo teorizar sobre el arte y la artesanía, sobre el valor de lo útil o inútil, sobre la valía de una “obra maestra” o una sencilla obra bien hecha. Sino que quiero reivindicar, mostraros en lo que valoro la artesanía como proceso creativo, como vehículo de experiencia. Al menos así ha sido para mí.

Vehículo!!!, me gusta mucho esa palabra. Sí, quizás me convence sobretodo en su acepción más pequeña, la de ser un “medio físico en que se transmite algo”. En fin, no me interesa expresar aquí la artesanía con mayúsculas como hacía John Ruskin, por favor, ha llovido demasiado, sino sólo como actitud. Decía que me gustaba mucho la palabra vehículo para el arte. El arte es un vehículo muy potente para el que lo practica (y todos, absolutamente todos tenemos potencial creativo..) Cuando tu imaginación te lleva a practicar, cuando comienzas a observar, escuchar, oler o gustar de manera creativa tu percepción de la realidad cambia; se ha llenado de matices, ha crecido, se ha expandido. El pintor ya mira de manera diferente las sombras, el músico, el silencio, una secuencia de vida. Esa diferencia es la que luego quiere expresar; una nueva interpretación, un cambio que se quiere transmitir a los demás.

Voy a hacer un inciso aquí. Y es que realmente creo que Amalamati me propuso charlar esta tarde con vosotros, no por mis años de artesana, sino porque recientemente he modelado una rupa, una figura del Buda, para el Centro Budista. Y sí, parece que voy a hablaros de mi obra… Quiero hacerlo sólo porque ha sido una experiencia muy intensa en la que he visto cómo aplicaba todos los beneficios de mi oficio en consonancia con mis ideales. ¿Cuáles son estas cualidades de mi oficio? Para mí, la artesanía como actitud significa compromiso y veneración, resolución y esfuerzo, humildad y confianza.

En el comienzo de este trabajo las ideas que más claramente me venían a la mente eran las de tradición y compromiso. Cualquier representación de un Buda pertenece a una tradición que honra un vasto legado de imágenes. Los honra por lo que son, su significado más allá de su forma, del tiempo y del espacio y por lo que son capaces de revelar de nuevo, en tanto que son una nueva visión de un pueblo, son una nueva forma. Cuando modelo figurativo, venero la tradición de formas que hemos heredado, de nuestras raíces iberas, griegas y romanas e intento aprender con respeto de todas las escuelas que inventaron las formas bellas.

Para mí, no salir huyendo cuando me pidieron modelar esta rupa, lo que fue mi primer impulso, suponía una gran responsabilidad. Como decía, por el compromiso con la tradición espiritual y con la tradición estética nuestra. La que está en nosotros, la de nuestra historia. Pero principalmente, sentía un compromiso humano, con la sangha y con el dharma, con cada individuo que después se pusiera delante de ella. Un compromiso de comunicación, de evocación y quizás, en el mejor de los casos de inspiración. Obviamente yo podía hacer muy poco aquí. Sólo crear una nueva forma. Lo único que podía ofrecer era la sinceridad de mi esfuerzo, mi voluntad de llevar a cabo el trabajo por los demás, por cada nueva mirada. Curiosamente mi forma de trabajar fue muy intuitiva. Y es cierto que, a pesar de que en mi profesión hay muchas premisas comerciales y estéticas, de lo repetitivo que pueda parecer, siempre me acerco a mi obra sin saber muy bien qué es lo que voy a hacer. Pienso ahora que esto es una pequeña argucia para enfrentarme al vacío del caballete. Porque lo primero que hay frente a mí es un gran vacío. Y en él comienzo. Y mis sensaciones son de gran curiosidad e incertidumbre cuando me doy cuenta de que no tengo casi control. Sólo trabajo. Voy y confío. Es un continuo esfuerzo. Días y días y meses sin ver nada. Sí, quiero recuperar una actitud que había en los talleres de arte de aprendizaje, esfuerzo y resolución. El mío es un esfuerzo sin una idea muy definida. Me refiero a que no tenía en absoluto ninguna imagen o un dibujo previo de cómo iba a ser el Buda, ni siquiera sabía muy bien cómo iban a ser sus dimensiones; sólo que se trataba de Sakyamuni. Por tanto, este esfuerzo sin idea, sin meta estética es como tirar a la diana con una venda en los ojos. Verdad que hice muchos, muchos tiros…

El esfuerzo como proceso creativo es muy interesante. Se convierte en una búsqueda con determinación, pero sin meta. Intento tras intento, sólo puedes seguir si tienes confianza. Pero ¿en qué tenía confianza? Porque después de meses de estar trabajando de esta manera, tienes una sensación muy inestable y hasta cierto punto frustrante, cuando una y otra vez haces y deshaces las cosas porque no son como “deberían” ser, pero no sabes cómo deberían ser. Haces y deshaces una cara un día y otro. Sólo la confianza en el proceso, la que depositaron en mí, la de mi oficio, hacía que me enfrentara a ello cada nuevo día sin armas intelectuales, sin presupuestos artísticos, sino tan sólo con sinceridad y entrega. Confianza en el trabajo en sí. Hubo muchos momentos en que pensé que no lo iba a lograr. Y esto mina, derriba cada día los pies del artista. Pero seguí trabajando en este vacío de presupuestos.

Todas estas actitudes, la veneración, compromiso, resolución, esfuerzo…del proceso me recuerdan mucho a los ingredientes que intento llevar a la meditación. Pienso que sí, hay muchas similitudes entre la meditación y la creación. Zas!!! Atrévete a saltar a tu vacío!

Bueno, y un día aparece una cara que le es propia y que yo, sinceramente, no sé muy bien cómo ha llegado allí, junto con sus manos y todo el resto del cuerpo. Y como los personajes de una novela que cobran vida independiente del autor, el resto del tiempo que le dedico es para cuidarlo. Y termino poco a poco cada detalle para que esté completo. Relleno cada hueco añadiendo barro donde falta y quitándole donde dice que sobra. Y me acerco y alejo para ver cada detalle y la globalidad. Y también esto me recuerda a la meditación. Es cierto que cuando modelo no hay pensamientos, sólo trabajo, respiración, inspiración. Este estado es una actitud para la creación.

La rupa. La obra cobra tanta independencia poco a poco, a medida que va adquiriendo su identidad, que verdaderamente, aunque siento cierto ligamen con ella, cada vez se me hace más extraña. Este momento es muy bello, porque cada día veo que mi papel cambia y me acerco a la mirada del espectador. Y me asombro, porque conforme la rupa adquiere su forma, y dejo de manipularla, dejo poco a poco de intervenir en ella generándola para intervenir en ella sólo observándola. Y me transformo en su primera espectadora. Y ahí la miro y me sorprendo de nuevo. Cuando por fin la figura “aparece”, siento que sólo tiene sentido por las miradas, las personas que se pongan delante de ella. Y esto también me recuerda a mis ideales budistas.

Sí, creo en el proceso creativo como actitud; como fuente y vehículo de cambio de unas personas a otras.

Y después de que mi labor termine, hay otras…llamémosle transformaciones, que le ocurren a la rupa hasta que llega a su forma definitiva, al menos como la vemos ahora. Me gustaría exponeros un juego de formas por las que pasa que creo que son interesantes por su poder real y simbólico. Y es así:

La rupa se comienza a modelar en barro hasta que se agotan las posibilidades del material, es decir, se hace el máximo de trabajo de volumen y de detalle que permite lo rudimentario y orgánico del material. El barro es húmedo y marrón oscuro. Sobre esta forma o contenido se hace un molde, un continente. El barro se quita del molde. Ya sólo existe el molde, el continente.


Este continente se rellena de escayola. Un nuevo contenido, con su nueva forma. El molde se pica todo para sacar la pieza de escayola de dentro de él, como si estuviera dentro de una piedra. Es decir, el continente se rompe y tenemos un nuevo contenido en escayola. La escayola es blanca, dura y seca. Se terminan todos los detalles a los que el barro no permitía llegar. Una vez concluida esta parte, se hace otro molde de silicona y escayola; un nuevo continente.

La forma de escayola se saca. El nuevo continente de silicona, vacío, se rellena de capas de cera hasta conseguir una nueva rupa. La cera es de color rojo intenso y ligeramente cálida. La cera se ensambla y repasa hasta rehacer de nuevo todos los detalles que se han podido estropear en el proceso. Sobre este nuevo contenido se hace otro molde interior y exterior de un material muy fino y resistente a altas temperaturas, normalmente con moloquita.

El nuevo molde junto con su contenido de cera se meten en el horno, de manera que la cera se derrite. De nuevo tenemos un continente vacío. Por último, se vierte bronce en él. Su contenido definitivo. El bronce sale con un color dorado apagado y es muy frío.

Cada nuevo continente, cada nuevo material ha agotado sus posibilidades ¡Qué bello juego de naturalezas, colores y realidades!

Pero todavía no acabamos ahí. Falta su envoltura definitiva, la pátina. Como sabéis, el bronce puede tener muchos colores en sus acabados. Los más comunes son verdes, pero los hay en óxidos de hierro, azules, blancos, negros.. Y aquí interviene la alquimia y un poquito de magia. Con ácidos, fuego y agua, fue maravilloso ver cómo la rupa iba cambiando de colores, echando humo y sudando óxidos. Ahora tenemos un Buda en óxidos de hierro. Naranjas, rojos y marrones como el cuero forman su cuerpo.


La rupa está en continuo cambio. Su proceso de patina nunca se estabiliza. Siempre cambiará de color.

Quiero volver a retomar el discurso trayendo a la memoria la presentación de la rupa a la sangha en el día de la Comunidad Budista Triratna. Después, mi amigo Abhayaka leyó unas palabras de El Sutra del Corazón que quiero volver a citar aquí: “Así pues, la forma no es más que vacuidad, la vacuidad no es más que forma, la forma es sólo vacuidad, la vacuidad sólo forma”

Pero para cerrar el círculo os contaré que hace un tiempo, mientras modelaba la rupa, leí unas palabras muy alentadoras. Y son de nuestro maestro Sangharákshita. Dice así: “Es posible desarrollar una clara percepción al observar una imagen de un Buda o un Bodhisatva, pero hay que reconocer la imagen por lo que es. Si la visión más clara surge mediante esta práctica no es porque se esté visualizando una imagen de lo trascendental, sino porque uno ve en ella lo real y lo irreal. En el transcurso de la práctica la imagen cobra vida de manera intensa, a la vez que uno reflexiona en que esto surge en dependencia de causas y condiciones y, por lo mismo, no es totalmente real. Al hacer esa reflexión uno advierte que ni el concepto de lo 'real' ni el de lo 'irreal' son suficientes para agotar la verdadera 'realidad' de la situación. La 'realidad' trasciende lo real y lo irreal, la existencia y la inexistencia.”

Sí, el espectador es el que crea de nuevo cada obra. Y con ello,… salta al vacío.